Admitámoslo, en más de alguna ocasión hemos sido los causantes de despertar un complejo en alguien de acuerdo a su imagen. Somos culpables por acomplejar a cuanto individuo se nos ponga en frente, desde la forma en la que viste, hasta la forma en que razona y resuelve sus propios conflictos (los cuales no nos incumben).
Vivimos en una sociedad “mememizada” por cuanta cosa le pase a nuestro vecino, amigos, familiares e incluso a totales desconocidos pero se nos olvida juzgarnos a nosotros mismos; se nos olvida que podríamos ser nosotros las víctimas en este juego.
Y es que, los tiempos cambian y las redes sociales han venido a formar parte de nuestros pasatiempos, pero la práctica de los buenos valores, la educación y el respeto no deben pasar nunca de moda.
Pareciera ser que la netiqueta se nos ha pasado por alto cuando los comentarios obscenos, las críticas no constructivas y las reacciones poco amigables aparecen en la página de inicio de las aplicaciones y sitios “sociales” que tenemos instalados en nuestros teléfonos.
Si bien, “cada quién es libre de expresar lo que piensa”, se debería pensar más con el corazón antes de teclear eso que nos libera a nosotros mismos, pero daña a quién lo lee.
Porque a lo mejor:
La chica que se toma tantas selfies tiene problemas de ansiedad, y no lo sabemos.
El chico que comparte publicación tras publicación, lucha contra una adicción y no lo sabemos.
La chica que satura de fotos su perfil en la red fue abusada sexualmente y no lo sabemos.
El amigo que canta y baila en todos sus vídeos, sufre de depresión y no lo sabemos.
A lo mejor ellos piden ayuda a gritos y no lo sabemos; no lo sabemos porque estamos ocupados rebuscando a cuál reacción darle clic o con qué palabras herir.
Busquemos más bien, aparecer en la bandeja de entrada de alguien con un “¿Cómo te sientes? , “vi tu publicación y me gustaría ayudarte”, “si necesitas ayuda, puedes escribirme”, etc.
Deberíamos ser más responsables con nuestras redes sociales y utilizarlas para generar pequeños cambios, pero con mucho impacto positivo en nuestros seguidores y amigos.
Deberíamos cerrar más los ojos de la crítica y darle backspace a las palabras llenas de burla antes de presionar enter.
Deberíamos abrir más la puerta de la mente y la caja de nuestras emociones para que todo lo benévolo habite ahí siempre.
Deberíamos dejar que el sentir y pensar de una manera más noble, se haga viral.
-DRMMG
Imagen: Proyecto Netiquétate
Estrafalariamente 